Es elemental y hasta obligado. Es la muestra del arte natural y el artificial. Ambas obras dignas y aunque yo me quedo con la flaquita desnuda y mostrando su coño peludo, seguramente algunos van a preferir el lienzo.
No soy quien para influir en tus gustos ni decirte que tienes que preferir. Espero que pase lo mismo conmigo y no quieran adoctrinar con ideas subjetivas y vagas de por qué es mejor la pintura sobre madera que el olor de una raja con muchos pelos. Eso espero.
También me encantan sus tetas pequeñas. Soy de esos que se ve fascinado por los pechos femeninos en cualquiera de sus expresiones. No importa de donde vengan o donde hayan ido; su pasado o su futuro, lo único que me importa es esa pequeña protuberancia. O si esa grande también.